El siguiente test ha sido preparado por psicólogos sociales de la Universidad de California precisamente para medir la soledad. Señala en las respuestas con qué frecuencia experimentas lo que está descrito en las diez afirmaciones que se hacen a continuación.

                                                                     FRECUENTEMENTE – ALGUNA VEZ – RARAMENTE – NUNCA

1.- Me encuentro a disgusto cuando tengo que hacer muchas cosas solo ……………………..

2.- No tengo a nadie con quien hablar ……….

3.- No soporto el estar solo o sola ………………

4.- He notado que nadie me comprende verdaderamente ……….. ……………………………….

5.- Espero que alguien me telefonee o me escriba …………. ……………………………………………

6.- Me encuentro completamente solo o sola  …………………. ……………………………………..

7.- Soy incapaz de salir de mí para comunicarme con quienes me rodean  ……………………..

8.- Tengo necesidad de compañía  …………….. 

9.- Me resulta difícil tener amigos o amigas  ……………….. …………………………………….

10.-Me siento rechazado/a por los demás  ………………….. …………………………………..

Soluciones:

Suma 4 puntos por cada vez que has respondido «Frecuentemente», 3 por cada respuesta «Alguna vez», 2 puntos por cada «Raramente» y 1 si has respondido «Nunca».

– Si la suma llega a 10 puntos, significa que te sientes perfectamente a tus anchas: estás a gusto en compañía de los demás y eres también capaz, cuando es necesario, de permane­cer solo o sola y de reservarte algunos momentos personales.

– Si has alcanzado de 10 a 25 puntos indica que eres propenso/a a sufrir cuando te encuen­tras en algunos momentos de soledad; pero se trata de algo pasajero, debido probablemen­te a alguna situación particular que estás viviendo. Alrededor de los 25 puntos comienza la zona de alarma; por encima de ella el malestar se hace sentir pesado de veras.

– Si superas los 30 puntos es señal de que sientes mucho la soledad y eso es un síntoma de malestar que experimentas contigo mismo/a y con los demás. Cuanto más sube la puntua­ción más profundo es el problema. Puede tratarse sólo de un período poco feliz de tu vida; en tal caso trata de salir de él aceptando la ayuda de los demás o dando tú el primer paso hacia ellos. Lo importante es que no te cierres en ti mismo y que evites que los sentimientos negativos te dominen: eso puede hacerte caer en un círculo vicioso.

                                                                                                                         Annamaria Ferrero, Dimensioni Nuove 4 (1997), 50